Solo fue un lindo y precioso sueño poder compartir instantes, segundos que tal ves fueron interminables pero que solo quedaron en mi imaginación, no deseo ser dormir pues tal ves no voy a diferenciar lo real de la ficción, este momento mácula quedara ahí.
La imagen que soñé es así, mitad hombre mitad Dios, saliente del suelo gris envuelto en una capa fina es su manto que engalana su caminar, mirada provocadora, ojos como el café, a la ves amargo pero delicioso al probar, labios carnoso como cerezos, el cabello ondeado que el viento hace que se desplace muy lento delante de él. Con un cuerpo espléndido, vigoroso, por no decir perfecto.
Pretendo oír su vos para quedarme encantada para siempre pero se me hace imposible llegar a el, no pretendo asustarlo, solo deseo escucharlo.
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